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Arquitectos: Alonso + Sosa arquitectos
- Área: 240 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Javier Callejas
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Proveedores: AutoDesk, EPI, Pur Natur
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Intervenir en una casa existente siempre tiene su nosequé. Acostumbrados a la distribución anterior, con hábitos propios adquiridos (el origen de la palabra es habitar), espacios apropiados, formas de manejarse, cuesta cuestionar o negociar los cambios. Nos pasa a todos.
Este proyecto interviene sobre una casa pequeña, pero con vistas amplias, sobre el mar y la la Caldera de Bandama. Debido al fuerte desnivel del terreno, la casa se organiza en 4 alturas escalonadas sin conexión fluida. Unir los distintos niveles se convirtió en el objeto principal de la intervención.
En el centro de la vivienda se planteó, una nueva escalera --ligera, de chapa metálica continua -- que resuelve la conexión entre los dos niveles más bajos, y da continuidad respecto a los niveles superiores. La nueva escalera, de color rojo, evidencia la intervención. Es de trazado regular, con peldaños contrapeados, y sirve para inundar de luz el interior de la planta baja a través de un lucernario en el techo. Se trata de una pieza mínima (la casa es pequeña) pero que logra un papel estructurante en la nueva organización.
En la planta baja se encuentra la habitación de los niños. Las áreas de descanso quedan definidas por elementos singulares de carácter ligero, como habitaciones en sí mismas, a la vez que dotan de escala al espacio. Estos objetos son igualmente lugares de encuentro: dentro, entre o incluso encima de ellos. La configuración es libre, indefinida y siempre cambiante.
El dormitorio principal se encuentra en el extremo superior de la casa. El vestidor trata de organizar el espacio, como un elemento exento, lacado en azul-turquesa, que señala su temporalidad dentro del espacio continuo tipo loft. A él se asciende a través de una planta intermedia en la que se encuentra de manera compacta una zona de almacenaje, un baño y otra habitación infantil.
En la planta de acceso -la del salón comedor y cocina- grandes ventanales enmarcan las vistas, que se extienden hasta el horizonte sobre el mar. Este espacio se organiza con muebles reciclados y heredados, así como con piezas meticulosamente escogidas. La iluminación de todos los espacios trata de estar muy controlada para crear espacios cálidos y a la vez funcionales. El uso de pocos materiales de acabado en toda la casa (dos pavimentos y el resto todo blanco) trata de potenciar la continuidad del espacio.
La intervención buscaba redefinir la casa hacia un espacio fluido, en el que la distribución se organizase no tanto por los muros existentes, como a través de los elementos (muebles, escaleras, objetos…) y los usos.”